De nuevo es un placer comunicarme con ustedes a través de las palabras escritas por mí con mucho cariño e ilusión, y espero que en esta ocasión el siguiente post sea de utilidad para ti. Muchas veces creemos saber quiénes somos, pero en otras ocasiones realmente nos desconocemos. Hay veces que nos ponemos en modo automático y no sabemos si lo que estamos viviendo esta en concordancia con lo que soy o con lo que quiero ser. ¿Quién soy yo? es una de esas preguntas existenciales que, si no sabemos responder, pueden llegar a convertirse en un obstáculo a la hora de ser felices (Que en mi humilde opinión es lo que venimos a aprender y experimentar). Y no me refiero solamente a las realizaciones de grandes metas o proyectos, si no al día día, a la cotidianidad. Saber quién es uno mismo y hacia dónde queremos ir es una de las bases para encontrar bienestar
Es recomendable de vez en cuando hacernos esa pregunta, ya que en nuestras vidas nada es estático, hay movimientos aunque pareciera que no, al replantearnos esa pregunta no quiere decir obligatoriamente que estemos perdidos, si no la contestamos de forma innata. Es necesario hacernos esta pregunta para poder seguir creciendo, como un indicador de que sí estamos en el camino correcto.
También hay que considerar que el conocimiento que tenemos de nosotros mismo en ocasiones es algo limitado, muchos aspectos de nuestra propia personalidad son mejor evaluados o reconocidos por las personas que nos rodean. ¿Por qué? Porque nuestra visión sobre mucho de lo que hacemos, o somos, está sesgada.
Te doy un ejemplo, a mí las demás personas me ven como una persona dulce…y para nada yo me veo así… pero algo dulce debo proyectar…porque siempre me lo dicen.
Si tú en este momento no puedes responder a esta pregunta existencial, como si fueras una cartilla más que aprendida, es el momento desde tu ser más objetivo de mirar hasta qué punto puedes reconocer en ti, en una seria de ideas e imágenes que identificamos como nosotros mismos. Si no podemos responder a esta pregunta, ello puede significar que estamos pasando por una crisis de identidad, un periodo de nuestra vida en el que podemos experimentar profundas dudas sobre nosotros mismos, dudas sobre el sentido de la existencia acompañadas de sentimientos de vacío, soledad.
La invitación que te hago y que me hago, es preguntarte ¿cuáles son esas sensaciones de malestar que pueden tener su foco en estas dudas acerca del significado de nuestra propia existencia y nuestra propia identidad?
Ahora bien, cuando conseguimos responder quien soy, es como volver a mi centro es volver a empoderarnos frente a la vida.
Es por ello que comparto una serie de preguntas, que si la contestas desde tu corazón, podrás evaluar que tan lejos estas o por el contrario que tan cerca estas de tu esencia. De tu Yo soy.
Elige entre 5 y 10 fotografías tuyas y colócalas en orden cronológico sobre una mesa. Míralas detenidamente y contesta a las siguientes...
Preguntas:
¿En cuál de estas etapas de tu vida te sentiste mejor? ¿Por qué?
¿En cuál te sentiste peor? ¿Por qué?
¿Qué te habría gustado que hubiese sido distinto?
¿Cómo estás ahora?
¿Qué te gustaría cambiar?
¿Qué te encanta de ti?
¿Qué te desagrada?
¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre? Ya escrito las distintas actividades, escribe también porque te gusta hacer eso
¿Qué te sale bien y fácil?
¿Cuáles son tus fortalezas y debilidades? ¿Qué te cuesta más trabajo?
¿Cuáles son tus dones y talentos?
¿Qué cosas te cargan las pilas y cuales te la descargan?
¿Qué cosas valoras de tu persona y qué cosas te parecen defectos?
Reflexiona sobre tus fortalezas:
¿Qué ventajas suponen esas fortalezas en tu vida?
¿Cómo te sientes siendo fuerte?
¿Cómo te ven las y los demás en relación a tus fortalezas?
¿Hay congruencia con la imagen que proyectas?
Reflexiona sobre tus debilidades:
¿Cómo te sientes siendo débil?
¿Proyectas esa imagen frente a las y los demás?
¿Cuáles son las fortalezas de tus debilidades?
¿Te escuchas a ti mism@?
Presta atención a los pensamientos que te rondan en la cabeza. Comienza a pronunciar esos pensamientos, intenta decirlos en voz alta, como si estuvieras hablando con alguien.
¿Cómo es tu voz, fuerte o débil, clara o confusa, severa o dulce, enjuiciadora, quejosa, enojada o suplicante, etc.?
¿Suena esta voz como la de alguien a quien conoces?
Imagina que le dices estas mismas palabras a otra persona. ¿Cómo se las dirías? ¿Sonarían igual? ¿Cómo te sientes cuando le hablas a esa persona? ¿Contesta esa persona a lo que tú le dices? Por un momento, vive esta experiencia.
Darnos cuenta de nuestro cuerpo
Centra tu atención en tu cuerpo y siente qué partes de él entran de forma espontánea dentro de tu conciencia.
¿De qué partes de tu cuerpo te das cuenta?
¿De cuáles te das menos cuenta?
¿Notas alguna diferencia entre tu lado derecho y tu lado izquierdo?
Reflexiona sobre cualquier incomodidad física que sientas y centra tu atención en ella ¿Qué sientes? ¿Con qué lo relacionas? ¿Qué emociones – rabia, miedo, pena, etc. – te produce
Cuando tienes alegría, ¿sientes alguna manifestación corporal?
Cuando tienes algún disgusto, ¿sientes alguna manifestación corporal?
¿En general qué sensaciones corporales tienes y en qué situaciones?
Busca el tiempo necesario, no lo contestes a la ligera, al fin y al cabo tú eres la persona con quien más compartes. Eres tú y solo tú.
Al saber quién eres, que te gusta y que no, podrás tener una visión más amplia, y así fortalecer tu autoestima y por ende estar más segur@ de ti mismo…eso se nota, se proyecta.
Recuerda que si tienes alguna duda o inquietud estoy aquí para escucharte o leerte.
Muchas gracias por tu tiempo!
Un abrazo conSentido
Charo De Sousa C.
Grupo Terapéutico Panal del Sol
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